Gracias a un gran esfuerzo de la sociedad y las iniciativas del gobierno, la capital antioqueña ha dejado atrás las notas rojas para lucir cielos azules, verdes montañas y floridos paisajes que, junto a sus atractivos, servicios e instalaciones turísticas, atraen cada vez a más turistas.
Tras un cómodo vuelo con Interjet, la primera imagen que tuvimos de Medellín fue desde lo alto de una montaña al inicio de la noche. Un valle rodeado de colinas, grandes edificios, zonas residenciales, vías rápidas y el nuevo “Túnel de Oriente”, con su autopista que agiliza la entrada a una ciudad llena de luces que nos invitaba a recorrerla.
Nos hospedamos en La Quinta by Wyndham Medellín, un hotel de 82 habitaciones y junior suites, ideal para el viajero de negocios y para los vacacionistas, pues tiene salones de reuniones y centro de negocios, además de alberca, bar y un restaurante que ofrece desayuno buffet incluido en la tarifa. El céntrico hotel pertenece al Grupo Suites, una pujante empresa de la familia Toro, que ha apostado con éxito a la hotelería con varias propiedades en una ciudad cada vez más visitada: “Para nosotros el turismo de negocios es muy importante, estamos a cinco minutos del Centro de Convenciones en la llamada Zona Rosa de la ciudad”, comenta Luis Fernando Toro, CEO de Grupo Suites.
Ciudad Innovadora
Medellín actualmente está catalogada como una de las ciudades más seguras del mundo, además de ser reconocida como la más innovadora del planeta. Sandra Milena, funcionaria de la oficina encargada de atraer inversiones a esta metrópoli por parte de la alcaldía, nos comentó que el truculento pasado de la ciudad ha quedado atrás y hoy se visualiza un auge en las actividades económicas.
Por otra parte la educación de sus pobladores, su compromiso con un cambio real y medidas innovadoras en la infraestructura citadina han repercutido en su desarrollo y en la percepción que tiene el mundo de esta ciudad hoy en día. “En Medellín somos emprendedores, buenos socios, nos gusta ser creativos, innovadores y globales”, afirma Sandra Milena.
Una prueba de la afirmación de la funcionaria es el Complejo Ruta N, sede de la llamada “Cuarta Revolución Industrial”, en la que la digitalización es parte importante y “donde se vienen a combinar tecnologías y desdibujar la fronteras entre el mundo físico, biológico y digital”. Lo visible, decenas de jóvenes “con bata o con corbata” trabajando dentro de un conjunto de edificios con oficinas donde hay incubadoras de empresas, instalaciones para su desarrollo y espacios para empresas extranjeras que llegan a hacer negocios a Medellín y que ahí abren sus primeras instalaciones hasta que emigran para crecer.
Transporte de primera
Son varias las innovaciones que se viven día a día en esta urbe, citaremos dos: su excelente transporte público donde camiones, metro y teleférico llevan y traen en forma segura a sus pasajeros por las arterias de la ciudad. “Nadie ensucia o daña el transporte porque los propios medellinenses lo cuidan. Si ven que alguien quiere afectarlo los propios ciudadanos detienen al agresor y lo entregan a la policía.
Tenemos muy desarrollado el sentimiento de pertenencia, la ciudad es nuestra, nosotros debemos cuidarla”, afirma un guía que nos llevó a conocer el transporte citadino. Cabe mencionar que la ciudad tiene ciclopistas, con lo que la cultura de la bicicleta se incrementa día a día.
Comuna Trece
Una sorprendente modificación del viejo escenario de Medellín son las escaleras eléctricas que comunican a partes bajas de la ciudad con las otrora incomunicadas y sinuosas zonas habitacionales de las montañas que, similares a favelas eran lugares inseguros. La llamada Comuna Trece ilustra perfectamente el éxito del programa de la alcaldía. Varias escaleras eléctricas permiten el ascenso y descenso de los pobladores que antes lo hacían en pequeños senderos sin escalones en los cuales podían ser víctimas de malhechores o sufrir un accidente, “Había gente con capacidades especiales que durante años no salió de su casa”, afirma una funcionaria del gobierno.
Hoy el lugar es muy funcional además de ser un atractivo turístico, no sólo por las escaleras que funcionan a toda hora, sino también por los grafitis que ahí abundan, expresiones artísticas de los pobladores que, entre otros varios mensajes, buscan comunicar su deseo de paz y la entidad de su comuna. También es un buen lugar para comprar suvenires y probar comida local en alguno de sus improvisados puestos de regalos y comida.
Medellín al natural
Son muchos los atractivos turísticos y gastronómicos de la ciudad. Los “paisas” como también se le llama a los pobladores viven con orgullo sus tradiciones y cuidan sus atractivos, mismos que gustan compartir con los visitantes.
Cada agosto se realiza la Feria de las Flores, festival que llena de colores a la ciudad. Parte importante de esta fiesta es el Desfile de Silleteros, personas que, como una tradición ancestral, llevan a sus espaldas grandes y vistosos arreglos florales creados por ellos mismos. Nosotros tuvimos la oportunidad de conocer la Finca Silletera El Pensamiento, a las afuera de Medellín, donde el propietario, artista de la floricultura, José Ángel Zapata nos mostró su oficio, sus plantíos de flores, lo difícil que es crear un arreglo y lo complicado que es cargarlo a cuestas. “La tradición sigue viva, ya hay niños silleteros que participan en el desfile”, comenta el sonriente anfitrión luciendo su traje típico.
Los amantes de la naturaleza pueden disfrutar de dos atractivos más. Se trata del Jardín Botánico de Medellín, una extensa área verde en plena ciudad que se ha vuelto famoso no sólo por su colección de plantas sino también por su Orquideorama, una compleja estructura de madera que sirve de marco a las multicolores flores que en su entorno se exhiben.
A las afueras de la ciudad el Parque Arvi, de reciente creación, recibe paseantes a través de un teleférico que los une con la metrópoli. Con una firme política de sustentabilidad ambiental y cultural, el parque cuenta con 16 mil hectáreas y 54 kilómetros de senderos. Sólo en 2018 recibió casi un millón de visitantes, quienes practicaron senderismo, observación de aves y otras actividades de turismo ecológico. Cuenta también con tienda, restaurante y un moderno auditorio.
En otro sector de la periferia de la capital de Antioquía, se encuentra una lugar que produce uno de los principales atractivos de todo Colombia: su delicioso café de altura. La Finca Cafetalera Capilla del Rosario cuenta con una extensa zona de cafetales que entre septiembre y diciembre dejan de lucir sus pequeñas flores blancas para dar paso a los rojizos frutos, lo que anuncia la época de la cosecha. En la finca un experto dirige catas y degustaciones de diferentes tipos de bebidas. Mención aparte merece la hermosa vista de Medellín que se puede apreciar desde la finca con los cafetos en primer plano. Para quienes les apasiona el tema, en la ciudad se encuentra El Laboratorio de Café, lugar donde se puede aprender más de la producción y beneficios del aromático grano.
Medellín cultural
El gran creador Fernando Botero nació en Medellín y aquí se puede disfrutar de muchas de sus obras. En el centro de la ciudad se encuentra el Museo de Antioquía, donde hay varias pinturas y esculturas pintadas por el maestro con su clásico y voluminoso estilo. Llama la atención el cuadro “La Muerte de Pablo Escobar”, pintada en 1999, que ilustra el fin del narcotraficante hoy convertido en “innombrable”. También hay obras dedicadas a la tauromaquia o las que conllevan una crítica social como “La Familia Colombiana” o “Visita de Luis XVI y María Antonieta a Medellín”, en donde la creatividad del pintor colombiano le permite imaginar personajes fuera de su tiempo o contexto, una de las principales características de su obra.
En cuanto a sus esculturas, en la aledaña Plaza Botero se exhiben 23 obras monumentales como la “Esfinge”, “Gato”, “Perro” o “Soldado Romano”, que contrastan con el bello Palacio de la Cultura Rafael Uribe Uribe.
Escenario gastronómico
La cocina de Medellín tiene sus platillos estrella: la bandeja paisa, -una mezcla de sabores y colores de más de quince ingredientes como frijoles, arroz blanco, carne asada, chicharrón, chorizo, plátanos dulces o tostones, huevo frito, entre otros-, y las arepas, una especie de gorditas de maíz rellenas. Pero la diversidad culinaria de la ciudad va más allá.
No debes de pasear por el centro histórico sin degustar una empanada de carne de la Panadería Versalles. Para disfrutar de un excelente solomillo a la hora de la comida, el restaurante “In Situ” del jardín botánico es una gran opción. Jugosos cortes de carne a la parrilla con música en vivo y un gran ambiente es la propuesta del restaurante “San Carbón”, pero si lo que se busca es diversidad, el Mercado del Río ofrece varios restaurantes con menús tradicionales o de comida internacional.
Si hay hambre también de conocimiento, el Chef Rodrigo Isaza del restaurante Herbario, da pláticas sobre la comida colombiana haciendo énfasis en su variedad de frutas y panes, una deliciosa experiencia gourmet.
El hotel InterContinental Medellín no sólo goza de buena reputación por su gastronomía en los restaurantes El Cielo, Pepe & Melanzane y Fogón de Piedra, sino también por sus instalaciones y su oferta para el turismo MICE, cualidades que le permitieron ser el ganador como mejor hotel de eventos en Colombia de acuerdo a los World Travel Awards. Cuenta con 294 habitaciones recién remodeladas, una amplia alberca y grandes salones de eventos.
Como todo buen turista, antes de iniciar el regreso a casa con Interjet, compramos café y aguardiente para así, con amigos y familia, recordar sorbo a sorbo nuestra visita a Medellín.