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Los bajos vuelos del deporte olímpico

A partir de la Clausura de los XXXII Juegos Olímpicos de Tokio 2020, y los resultados de la delegación mexicana, recordamos una historia que valdría la pena repasar, ya que -sin querer queriendo-, está directamente relacionada con el sector turismo específicamente con la aviación, sí, así como ve querido lector.

Antes de que las elecciones de junio de 2018 dieran como ganador a Andrés Manuel López Obrador como presidente de México, en las oficinas de la Terminal 2 de AICM de Aeromar, Dieter Holtz, en ese entonces, el director general de la aerolínea trabajaba a la par en lo que sería el proyecto deportivo que buscaba implementar la 4T.

No era un secreto para nadie, que Holtz tenía esas dos actividades, ya que abiertamente en medios de comunicación el ex nadador de alto rendimiento, que compitió en Juegos Panamericanos, hablaba de su proyecto, y se especulaba que él sería -por lógica-, el próximo director de la la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade).

Por consecuencia, el paso de Dieter por Aeromar sería efímero, pero contundente ya que se esperaba la inyección de capital por parte de Synergy Group, la cual se portergó, sin que al final se consolidara el proyecto. Así que el directivo solo estuvo en la aerolínea 8 meses.

Lo desafortunado también es que, Dieter tampoco logró llegar a la Conade, porque el presidente López Obrador decidió darle el puesto a Ana Gabriela Guevara, quien tiene en su currículum deportivo un Medalla Olímpica y muchas más en justas Mundiales y Panamericanas en atletismo, y tras su retiro, fue Senadora por reprentación proporcional por el PT y posteriormente diputada por el mismo partido, sin que haya tenido experiencia en la administración pública o privada.

La historia de Holtz y AMLO se remonta en el año de 2017, cuando Dieter -siendo rector de la UVM-, presentó el estudio “Rediseño de la cultura física y el sistema deportivo mexicano para alcanzar su máximo potencial”, el cual llegó a manos de López Obrador, y adoptó el documento como base para sentar su política pública.

En resumen, el proyecto deportivo de Holtz se dividía en tres ejes: la activación física, el deporte social y el deporte de alto rendimiento. Proponía también la formación un consejo rector -nótese-, para fiscalizar a la Conade; invitar a la iniciativa privada para el patrocinio de talentos; detonar el deporte a través del sistema educativo con las 226 mil escuelas, para reducir el sobrepeso con la activida física, entre otras iniciativas.

Otro de los objetivos de la 4T era que la Conade operaría con un presupuesto de 3,000 millones de pesos al año. Muy bonito ¿no cree?, sin embargo, todo lo anterior se quedó en papel, y ahora la Conade y su directiva, gozan de la peor reputación del mundo, no solo en términos operativos, por la cancelación de becas deportivas, si por escándalos de corrupción, y desdén del fomento al deporte. Y con un resultado en medallas en los Juegos Olímpicos de Tokio descepcionante, no por el esfuerzo de cada uno de los deportistas mexicanos, sino por la evidente falta de acompañamiento del organismo que se supone lidera el deporte mexicano en la administración pública federal.

Curiosamente el pasado 4 de agosto de 2021, Dieter Holtz pone en su cuenta de Twitter algo que pone en claro la situación actual del deporte mexicano: “En deporte, en vida, sobresalir es cosa de querer. Los ‘no puedo’, en general son ‘no quiero’. Grandes ejemplos nos dan muchos deportistas olímpicos. Debo añadir que igual sucede con la gerencia deportiva. No hacer las cosas bien son resultado del ‘no quiero’ o ‘no me interesa’”. Más claro, ni el agua, ¿no cree?.

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