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Los resultados de «Abrazos no Balazos» ahuyentan al turismo de Cancún. 

Recientemente el prestigiado periódico estadounidense Wall Street Journal indicó que el número de turistas norteamericanos que visitaban Cancún había disminuido por la inseguridad que se vive en el destino. 

Por Travel Times +

Durante los primeros tres meses del año la cifra bajó un once por ciento, turistas que prefirieron otros destinos, incluso de playa, pero en diversos países con mejor percepción de seguridad, se afirma en el diario neoyorquino.

En los últimos años, la estrategia de «abrazos no balazos» impulsada por el Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ha generado un intenso debate en cuanto a su eficacia en la lucha contra la delincuencia y el narcotráfico en el país. Sin embargo, sus efectos colaterales también están comenzando a dejar huella en la economía de México, especialmente en destinos turísticos de renombre internacional, como Cancún.

Cancún, una vez sinónimo de playas paradisíacas y lujo, ha visto una disminución en su atractivo turístico debido a la percepción de inseguridad que prevalece en este destino. Si bien la idea de abordar las causas subyacentes de la delincuencia es loable, la falta de resultados concretos ha hecho que los visitantes internacionales se sientan inseguros al elegirlo destino de vacaciones.

El reciente aumento de la violencia en Cancún y otras regiones turísticas ha impactado directamente en el número de turistas que optan por explorar otras opciones. La emisión de alertas de peligro por parte de gobiernos extranjeros, incluido Estados Unidos, ha alejado a potenciales viajeros que buscan lugares seguros para disfrutar de su tiempo libre. La priorización de programas sociales sobre medidas más robustas de seguridad ha creado un vacío en la protección de los visitantes y ha debilitado la imagen del país en el escenario internacional.

Un problema que no se debe dejar de atender

Las consecuencias económicas de esta disminución en el turismo internacional no deben subestimarse. México depende en gran medida de los ingresos generados por la industria turística, que emplea a millones de personas y contribuye significativamente al Producto Interno Bruto del país. La caída en la afluencia de visitantes a destinos como Cancún se traduce en una pérdida considerable de ingresos, afectando directamente la economía local y nacional.

Es crucial reconocer que la seguridad es un factor clave en la decisión de los turistas al elegir un destino de vacaciones. La imagen de un país como un lugar seguro y acogedor es esencial para atraer a visitantes y mantener una industria turística próspera. La estrategia de «abrazos no balazos» ha creado un dilema en este sentido, ya que, aunque busca abordar las causas profundas de la delincuencia, también ha dejado un vacío en cuanto a la seguridad inmediata.

Para evitar un declive sostenido en la afluencia de turistas internacionales y las consecuencias económicas que esto conlleva, es crucial encontrar un equilibrio entre las medidas de seguridad y las iniciativas sociales. Es necesario demostrar resultados tangibles en la reducción de la violencia y la delincuencia, al mismo tiempo que se mantienen programas de desarrollo que aborden las raíces del problema.

En última instancia, el bienestar de la economía de México y la imagen de sus destinos turísticos están intrínsecamente vinculados. Lograr un equilibrio entre la seguridad y el desarrollo social es esencial para preservar la vitalidad de la industria turística y mantener el atractivo internacional de lugares como Cancún. 

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