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Inició la lenta muerte de Fonatur, la institución que hizo de México una potencia turística mundial

COLUMNA: CIUDAD ABIERTA

Hace tiempo que el presidente Andrés Manuel López Obrador había adelantado que el Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur) desaparecería. Y la semana pasada la secretaria de Gobernación, Luisa María Alcalde, lo confirmó mediante un mensaje en la red social X, al anunciar que la labor que ha llevado a cabo esta institución pasará a ser responsabilidad de los gobiernos estatales.

Por Gustavo Armenta

Fonatur fue creado hace 50 años para impulsar el desarrollo planificado de la industria turística mexicana, aunque se gestó en los tiempos del “desarrollo estabilizador” del secretario de Hacienda, Antonio Ortiz Mena y el presidente Gustavo Díaz Ordaz.

Era la época de oro de Acapulco como el principal destino turístico del país y uno de los más famosos del mundo. En esos días, Fonatur nace con la consigna de construir ciudades lúdicas, enfocadas al divertimiento de los turistas y diseñadas con ese objetivo. Fueron bautizadas como Centros Integralmente Planeados (CIP).

Pero tiene sus antecedentes: en 1956 el presidente Adolfo Ruiz Cortines había creado el Fondo de Garantía y Fomento al Turismo (Fogatur), que sería el primer organismo crediticio y financiero del sector turístico. En 1969 Díaz Ordaz crea el Fondo de Promoción de Infraestructura Turística (Infratur) y nombra como director general a Antonio Enríquez Savignac, a quien también le da la dirección general de Fogatur.

En enero de 1970, todavía con Díaz Ordaz en la Presidencia de la República, se inician los trabajos para edificar Cancún, en Quintana Roo. En 1972, ya con Echeverría como primer mandatario, comienza el desarrollo de Ixtapa, en Guerrero. Y en 1974 se fusionan Fogatur e Infratur, para dar nacimiento a Fonatur, bajo el mando de Enríquez Savignac.

En ese mismo año comienza a levantarse el CIP Los Cabos, en Baja California Sur; y al año siguiente empiezan los trabajos de remodelación del Centro Histórico de Loreto, en la misma entidad, para ser transformado en el cuarto Centro Integralmente Planeado.

En diciembre de 1976 toma el poder el presidente José López Portillo, quien se olvida del turismo para concentrarse en la bonanza petrolera que encontró a su llegada a Los Pinos. Sería su sucesor, Miguel de la Madrid Hurtado, quien retoma la idea del desarrollo turístico, nombra secretario de Turismo a Antonio Enríquez Savignac y éste construye el quinto y último CIP en Huatulco, Oaxaca. Así, con el desarrollo de estos cinco destinos turísticos, en la década de los 80 México se enfila a convertirse en una potencia turística mundial, sobre todo por el inusitado éxito de Cancún.

En 1999, cuando el Fondo cumplió 25 años de existencia y Ernesto Zedillo era el presidente de la República, esta era la percepción que tenían de Fonatur los neoliberales que entonces nos gobernaban:

“En el destacado sitio alcanzado por el sector turístico, ha sido fundamental la actividad que ha desplegado durante 25 años el Fondo Nacional de Fomento al Turismo. Fonatur ha participado en el esfuerzo por impulsar esta importante actividad en todo el país, señaladamente en los cinco polos integralmente planeados por esta institución. Además, ha asumido la tarea de proporcionar recursos crediticios para el despegue y consolidación de la industria turística.

“En el despuntar del próximo siglo, el turismo seguirá generando más empleos y participando eficazmente en el crecimiento de la economía. Para algunas regiones del país, el turismo seguirá siendo la opción más rápida y viable de desarrollo. En esta enorme tarea, la participación de Fonatur continuará siendo fundamental”. Ernesto Zedillo.

“El turismo en México es clave para nuestra economía por su brillante desempeño, que no conoce retrocesos, y cuya expansión sostenida crea empleos permanentes, aporta abundantes divisas a la hacienda pública, activa desarrollos en regiones antes presionadas por rezagos económicos. Las divisas turísticas ocupan, ahora, el segundo lugar, después de las que ingresan al país por las exportaciones de manufacturas”. José Ángel Gurría, secretario de Hacienda.

“La política turística de México ha pasado por diversas etapas y una gran riqueza de experiencias a lo largo del tiempo. Su común denominador es que siempre ha tenido la capacidad para adaptarse a los retos internacionales y responder a las necesidades internas a través de instituciones innovadoras, entre las que destaca en primerísimo lugar Fonatur”. Óscar Espinosa Villarreal, secretario de Turismo.

Un cuarto de siglo después, la visión de quienes hoy gobiernan México es muy diferente sobre el desempeño de Fonatur: “Esta mañana firmamos convenios para transferir los servicios turísticos de @FonaturMX a las entidades federativas. Comienza una nueva etapa para los servicios turísticos en nuestro país: más eficiencia y transparencia, en una dinámica sin intermediarios ni esquemas de corrupción”. Luisa María Alcalde, secretaria de Gobernación.

Dos visiones enfrentadas, una víctima. Así arrancó la paulatina muerte de Fonatur, que durará unos meses más.

gustavo.armenta@traveltimes.com.mx

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