¿Qué pasaría si no tuviera presencia pública el Secretario de Turismo, Miguel Torruco Marqués? Le puedo apostar que nada, es decir, los eventos seguirían realizándose, las empresas seguirían inaugurando sus proyectos, las asociaciones seguirán cambiando de directiva, pero a la industria le gusta darle espacio al funcionario.
Antes el gremio la “llevaba bien” con el funcionario en turno para tener la “temperatura” de las acciones del gobierno federal, sin embargo, hoy no hay acciones o lazos que valga la pena conservar, ya que es una secretaría que carece de poder y presupuesto, que sea de paso, estos dos componentes hay que ganárselos a pulso.
En la administración pública federal si no tienes una relación directa con Presidencia y no le caes bien a otros secretarios, estás perdido. No tienes poder de negociación para obtener recursos para tu sector o convocatoria intersecretarial. Y dígame si no, hoy en día luce más una declaración del titular de la Secretaria de Relaciones Exteriores o de la Secretaría de Economía.
Los discursos repetitivos de Torruco Marqués en cada evento, evocando a viejas guardias del turismo o la historia mexicana, sin que haya anuncios importantes es prueba de la irrelevancia de su labor. Definitivamente no hay agenda en la Sectur, porque no hay trabajo que exista o que se presuma.
Le recuerdo que unos de los grandes proyectos de la nación de la 4T, por cierto turísticos, como es el Tren Maya y el Aeropuerto Internacional Felipe Angeles están a cargo de la SEDENA, no de la Sectur, aunque Fonatur coordine el Tren Maya.
Los programas que existían en sexenios anteriores han quedado en el olvido o como cascarones porque no tienen recursos, como es el caso de Pueblos Mágicos que todo mundo conoce la suerte que corrió. Y no hemos escuchado nada parecido a iniciativas como Corazón de México; Rutas de México; Tesoros de México; o Ciudades Patrimonio que realizaba un trabajo en conjunto entre la federación y los estados, en donde la Sectur fungía como cabeza de sector.
Y de las labores de promoción, ni hablar porque la Sectur de la 4T se lavó las manos, con la estrategia digital de Visit México, que nada más no termina de jalar. Porque los recursos del extinto CPTM, en convenios par y paso y cooperados eran para multiplicar los recursos de los estados y de la iniciativa privada, no para sustituir unos por otros.
¿Usted ha leído en medios o escuchado entre los pasillos alguna acción contundente que haya anunciado la Sectur, o campaña, o esfuerzo coordinado con la iniciativa privada o los estados, que marque la diferencia? ¿verdad que no?
Mire, muchos dicen es que la Sectur no tiene recursos para actuar, pero seamos sinceros, ¿cuándo ha tenido dinero la secretaría? Y han pasado secretarios y secretarios, y eran más movidos que el florero de Masaryk.
Tan solo un ejemplo, el Lineamiento Nacional para la Reapertura del Sector Turístico fue presentado en julio de 2020, pero a esas alturas las compañías hoteleras ya habían diseñado sus propios protocolos -o basados a los de la OMT-, y habían hecho cuantiosas inversiones, y estaban listos para abrir. Se requería la urgente colaboración y coordinación de la Sectur para homologar criterios, pero nunca la hubo.
En conclusión, la Sectur no coordina esfuerzos, no diseña programas, no interviene. El secretario solo presenta su discurso con las frases domingueras de los últimos 10 años, y se alista para la foto. Y lo que es peor, se para el cuello cuando a nivel internacional se reconoce la capacidad de recuperación del turismo en México, como si en realidad hiciera algo.
En la pasada Ceremonia de Clausura de la Vigésima edición de la Cumbre Mundial del Consejo Mundial de Viajes y Turismo (WTTC, por sus siglas en inglés) Miguel Torruco declaró que se ha dado banderazo de salida de la nueva era del turismo mundial y su franca recuperación, ante la mirada de empresarios que conformaron la certificación Safe Travel y que han arrancado desde el primer día que abrieron sus negocios, no ahorita. ¡Qué pena!
Para terminar, hay quien dice que no hay que cambiar lo que está bien, pero la 4T no le importó cancelar el Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, aunque no comprobó públicamente si había casos de corrupción. La vida da muchas vueltas, y ese proyecto, obtuvo el Premio RFT (Rethinking The Future) de Arquitectura, Construcción y Diseño, en la categoría de Transporte debido a la creatividad del concepto, y lo ponen como un ejemplo a seguir. Vaya, vaya.