Funcional, moderno y austero, así describe la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA) al nuevo Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), y no se equivoca.
Por Editorial Travel Times
Haciendo a un lado las filias y fobias al estilo de la administración de la 4T, las Fuerzas Armadas involucradas en el proyecto hicieron un trabajo excepcional con una ejecución técnica impecable, y a simple vista, un buen manejo presupuestal.
La disciplina marcial es evidente, pero de eso a que el AIFA sea un éxito comercial está muy lejos de ser una realidad, al menos en su primera década de operaciones.
Hay una máxima en los negocios y es la ubicación, ubicación, ubicación. Usted puede tener la mejor empresa con las mejores instalaciones y el mejor producto vendible, pero si usted no está cerca de su mercado objetivo, lamento decirle que está más hacia el fracaso que hacia el éxito.
Nadie en su sano juicio gastará más dinero y tiempo para tomar un avión a una terminal aérea que le queda al doble de distancia que el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), y gastar en un taxi o estacionamiento que podría suponer la mitad del costo de un vuelo.
Imagínese volar desde AIFA hacia destinos como Acapulco o la ciudad de Oaxaca, en donde el tiempo de vuelo es menor a una hora, para lo cual hay que llegar dos horas antes al aeropuerto y destinar en promedio una hora y media de camino hacia el AIFA. Por donde le vea es irracional.
Expertos en aviación advierten que el AIFA se convertirá en un aeropuerto regional, más que el hub de América Latina que esperábamos tener con el extinto Aeropuerto Internacional de Texcoco ya que su mercado, insistimos, será irremediablemente el que comprende los municipios del Estado de México: Tecámac, Zumpango y Huehuetoca, además de Tizayuca en el estado de Hidalgo. Tres de las siete ciudades Bicentenario que fueron creadas con el impulso de Enrique Peña Nieto, cuando fue gobernador del Estado de México.
Hay que resaltar que en papel lucía bien, pero en la realidad la falta de medios de transporte eficaz, tan solo para llegar a la estación más cercana del tren suburbano, generó el abandono de muchas viviendas financiadas por el Infonavit que conforme pasó el tiempo fueron invadidas por personas y grupos del crimen organizado ¿Ve la complejidad de la zona?
Para las aerolíneas la apuesta más cercana será ir por el mercado migrante ya que justo esas zonas, además de Ecatepec, son el paso de los migrantes que buscan llegar a Estados Unidos, así que una ruta AIFA-Chicago-AIFA, por ejemplo, sería una opción que podría ser rentable.
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La empresa Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles S.A de C.V., será la que operará la terminal aérea una vez que la SEDENA entregue la obra el próximo 21 de marzo y será quién negocie con aerolíneas, concesionarios del transporte terrestre y de los espacios comerciales, ahora sí de lleno.
¡Vaya chambita! solo de la parte comercial será una misión titánica porque para arrendar y hacer rentables 200 espacios comerciales, no será fácil, a menos que se pongan listos y en lugar de tratar de colocar comercios en un aeropuerto, lo conviertan en la plaza comercial de la zona —con costos bajos por metro cuadrado y guantes— con circuitos de transporte de pasajeros que también abarquen la zona de museos para atraer a la población de la Base Militar.
Recordemos que por el momento contará solo con vuelos comerciales y seis rutas operadas por Aeroméxico, Volaris y VivaAerobus hacia Guadalajara, Tijuana, Cancún, Monterrey, Mérida y Tabasco. Y una ruta Internacional a Venezuela operada por Conviasa, así que el flujo de personas en los pasillos del AIFA será muy, pero muy limitado.
Lo que no se debe perder de vista es que el presidente y su gabinete tratarán de mover todos sus hilos para presionar a las aerolíneas a mudarse al AIFA, sobre todo por el abandono en el que tienen al AICM, usando las Declaratorias de Saturación.
Sin embargo, el clima geopolítico y económico con la guerra entre Rusia y Ucrania ha disparado el costo de los energéticos, entre ellos la turbosina, principal costo operativo de las líneas aéreas, que ya de por sí, no han logrado recuperar las pérdidas debido a la pandemia, por lo que no se atreverán tan fácilmente a experimentar en un nuevo aeropuerto que no es una garantía, por más funcional y tecnológicamente avanzado que sea.