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Maya Ka’an, una buena oportunidad para que el turismo beneficie a las comunidades de Quintana Roo

COLUMNA: CIUDAD ABIERTA

Esta semana, la gobernadora de Quintana Roo, Mara Lezama Espinosa, estuvo en la Ciudad de México en la conferencia de prensa matutina que de lunes a viernes da el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, en donde presentó Maya Ka´an, uno de los varios proyectos que tiene derivados del Tren Maya.

Por Gustavo Armenta

Según explicó la gobernadora, Maya Ka´an estará enfocado a los habitantes de su estado que se localicen a lo largo del tren por su entidad, con la finalidad de impulsar la creación de cooperativas que brinden servicios turísticos, como hostales, hoteles, fondas, mercados comunitarios y circuitos turísticos en las localidades.

“El objetivo es integrar la actividad turística como un complemento productivo, pero amigable de la actividad social, económica y cultural establecida en la zona, y generar así un formato de Turismo Comunitario, en donde las y los turistas consuman bienes y servicios en las comunidades indígenas que antes habían sido olvidadas”, dijo.

Y puso énfasis en que el proyecto busca que los beneficios lleguen directamente a la población, sin intermediarios de ningún tipo. Ejemplificando que así los turistas podrían disfrutar de la comida que preparan las mujeres mayas y comerla en sus casas, para después visitar algún taller de artesanías.

“Con Maya Ka’an no se busca reemplazar ninguna actividad económica en las localidades, lo que busca es asociar al turismo con otras actividades que reflejan la maravillosa herencia milenaria de la cultura maya y de la región, como son las artesanías, el comercio local, la agricultura, la gastronomía y, en general, la historia y naturaleza que caracterizan a esta zona”, aseguró Lezama Espinosa.

Este proyecto inició hace unos días, cuando se otorgó la Declaratoria de Zona Rural Comunitaria con Potencial Turístico de Maya Ka’an, conformado por 76 localidades originarias de los municipios de Felipe Carrillo Puerto y José María Morelos, que conjuntan una población de más de 105 mil personas que viven en un área de casi un millón de hectáreas, la cual será cruzada de norte a sur por el Tren Maya, principal proyecto de la actual administración federal.

Las comunidades mayas, las más beneficiadas

Buscar e implementar los mecanismos para que la derrama económica que genera el turismo llegue directamente a los pobladores de los destinos turísticos siempre será loable, porque así, quienes logren integrar una de estas cooperativas serán sus propios patrones y no dependerán de ser empleados de las grandes empresas de todo tipo que suelen llevar a cabo la actividad turística. Pero hay mucho trabajo por hacer. Porque esta idea del Turismo Rural o Turismo Comunitario no es nada nuevo, ya tiene varios años que se comenzó a desarrollar en estados del sureste del país y al principio no fue fácil.

Y la razón es muy sencilla: la mayoría de las comunidades indígenas son pobres, pobreza que han vivido por generaciones, hombres y mujeres que nacen pobres y mueren pobres, y les cuesta trabajo creer que puede haber gente interesada en conocer sus localidades, sus casas humildes, su entorno, su forma de vida, de probar su comida sencilla, sus tortillas hechas a mano que para cualquiera es un manjar recién salido del comal. Y más les cuesta entender que haya quien esté dispuesto a pagar por conocer su mundo y convivir con ellos.

La cultura es riqueza intangible y hay que ponerla en valor, pero muchos de ellos no lo saben. 

Pero también hay que tener cuidado en que no se infiltren los intermediarios. Los primeros paseos de este tipo que se llevaron a cabo hace algunos años, fueron organizados por empresas que cobraban entre 100 y 150 dólares por la experiencia y daban una parte del dinero a las comunidades. Lo cual no es criticable, porque esos pequeños empresarios hicieron y hacen el trabajo de negociar con las comunidades, crear el incipiente producto turístico, publicitarlo, buscar a los clientes y transportarlos de ida y vuelta. De cualquier forma les proveen de un nuevo ingreso a las personas de las localidades con las que operan y ellos también deben obtener su ganancia.

Sin embargo, ya es momento de que sean los propios lugareños los que operen todo el paquete y Maya Ka’an puede ser la puerta que les abra esa oportunidad, quedándose con todos lo beneficios. Ojalá esa sea la intención de la gobernadora Lezama y su equipo. Si resulta, los demás estados del sureste deberán copiar el modelo. Ya lo veremos.   

gustavo.armenta@traveltimes.com.mx

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