Oaxaca alcanzaría la perfección en términos turísticos salvo por un pequeño detalle, no tiene una buena conexión carretera hacia sus costas. Y para colmo, el sueño acariciado por muchos años de contar con una supercarretera que comunique la ciudad de Oaxaca con Huatulco y Puerto Escondido en tres a cuatro horas, otra vez, registra retrasos en su entrega.
Imagínese qué bonito sería que después de asistir a la Guelaguetza en el Cerro del Fortín, y recorrer los tradicionales mercados y calles de la capital oaxaqueña, pudiera llegar en unas cuantas horas a Puerto Escondido para pasar el resto de la semana descansando en sus deliciosas playas. Perfecto, ¿no? Sin embargo, al parecer, las autoridades no han logrado convencer de sus bondades a los habitantes de las comunidades cercanas a la carretera, ocasionando retrasos en los trabajos.
De acuerdo con el gobierno del estado de Oaxaca, el aforo diario por esa carretera sería algo así de 4 mil 253 vehículos, que sin duda favorecería a la economía del estado por la explotación turística de las diversas zonas que recorre, así como de Puerto Escondido y Huatulco. Además de que el comercio y suministro de productos hacia la región, sería más activa y ágil, reduciendo costos. ¡Por eso es tan importante!
Hace uno cuantos días el Gobernador de Oaxaca, Alejandro Murat paseó, digo supervisó las obras de la autopista Oaxaca-Puerto Escondido. Y lo que encontró fue que el Tramo I, que comprende del kilómetro 100 al 135 registra un avance del 87.76%; Tramo II, del kilómetro 135 al 155, un avance del 64.66%; mientras que el tramo III que comprende del kilómetro 154 al 178, éste tiene un 67.82%; en tanto el tramo IV, del kilómetro 178 al 204+300, registra 94.61% de avance.
Así que el objetivo de culminar las obras en junio de este año -fecha fijada por Andrés Manuel López Obrador, Presidente de la República en una de sus mañaneras-, se ve lejos de cumplir. Y eso que en una gira por Yogana, Oaxaca el presidente de la 4T había asegurado que esta obra se inauguraría a la par del AIFA el 21 de marzo de 2022. No fue ni en una fecha ni otra.
Recordemos que esta obra ha sufrido las de caín, por una serie de malas decisiones sobre todo de los gobiernos federales y locales, que fueron y vinieron en los últimos 13 años.
Todo inició en el sexenio de Felipe Calderón, en 2009 se realizó la primera licitación pública para el tramo Barranca Larga, la cual fue ganada por la empresa constructora Grupo Omega (Omega Oaxaca), que no tardó mucho en registrar problemas financieros, dejando la obra inconclusa.
Tras una serie de entuertos legales y falta de voluntad política del Gobierno Federal, el proyecto fue cedido en 2012 a Ingenieros Civiles Asociados (ICA), o lo que es lo mismo a Desarrolladora de Infraestructura Puerto Escondido (DIPESA) que también cayó en problemas financieros que la terminarían llevando a concurso mercantíl.
Como ICA tenía créditos con Banobras y con el Fondo Nacional de Infraestructura (FONADIN), no le quedó de otra más que ceder sin costo los derechos en 2016 a FONADIN, con un avance de obra del 53%, pero con una serie de problemas financieros, por el aumento de costos.
Para poder terminar la obra, en 2017 el FONADIN realizó una inversión adicional por 3 mil 500 millones de pesos, lo cual sumando el pago anticipado a Banobras y el capital de riesgo de DIPESA, la inversión total de la obra aumentó de 5 mil 329 a 8 mil 283 millones de pesos.
Agarre aire porque esto todavía no acaba. Ya en 2016, una vez que Alejandro Murat llegó al Gobierno de Oaxaca, se comprometió en terminar la obra en 15 meses, el problema fue que el proyecto además de arrastrar problemas financieros, también está cundido de conflictos sociales por la falta de pago de indemnizaciones, derechos de vía y disputa de límites agrarios, que fueron atendidos parcialmente por las anteriores administraciones estatales.
Fue hasta enero de 2018 -todavía en el sexenio de Enrique Peña Nieto- cuando nuevamente se realizaron licitaciones públicas para retomar la construcción de túneles, puentes y viaductos, que complementan el gran proyecto carretero. Y de ese año a la fecha se han continuado las obras.
Oaxaca es uno de los estados más pobres del país, y la falta de estos ejes carreteros, representan un crimen porque frustra cualquier posibilidad de avance económico de la entidad. Y como hemos explicado no solo se centra en el desarrollo turístico, si no en la creación de zonas industriales agrícolas en la costa que generaría cientos de trabajos, por citar algunos ejemplos. ¿Verdad que ya urge?