Hace 18 meses el Consejo de Salubridad General del gobierno de la 4T declaró la emergencia sanitaria por la pandemia de Covid-19. Un largo, cansado y atemorizante año y medio que ha transcurrido sin que existan políticas de salud y migratorias claras sobre el ingreso y egreso de turistas y visitantes a territorio mexicano.
Por Editorial #TravelTimes
Eran indignantes las imágenes y los testimonios, que circulaban en redes sociales, de los viajeros que llegaban al país durante la primera ola de contagios en México, que advertían que ninguna autoridad migratoria o de los aeropuertos les tomaban la temperatura, o les aplicaran algún tipo de filtro sanitario. Al día de hoy, todo sigue igual.
En concreto, propios y extraños han traspasado las fronteras mexicanas desde marzo de 2021, sin restricción o control sanitario alguno -lo mismo que el virus mortal-, por lo que resulta más que extraño que los funcionarios estatales agremiados a la Asociación de Secretarios de Turismo de México (ASETUR) traigan entre manos, pedir al gobierno federal que exija a los turistas, certificados de vacunación o pruebas negativas de Covid-19 para poder ingresar. Y lo mismo pedirán para los turistas mexicanos que deseen salir al extranjero.
La iniciativa tomó revuelo la semana pasada, luego de que el titular de la Secretaría de Turismo de Oaxaca, Juan Carlos Rivera Castellanos, también presidente de la ASETUR, anunciara -en una entrevista banquetera-, que presentarán esta semana la propuesta a la Secretaría de Relaciones Exteriores (SER).
La noticia sorprendió a la industria turística mexicana, ya muy acostumbrada a no ver impedimiento alguno para atraer a turistas extranjeros, del país que sea y con el nivel de contagio que sea, y que se han adaptado con recursos propios para ayudar a sus clientes a cubrir los requisitos que les exige su país de origen, pagando incluso las pruebas de antígeno viral.
Imagínese que ahora de la noche a la mañana, se les pida certificado de vacunación a los turistas estadounidenses, los cuales se muestran renuentes a inocularse, a pesar de tener vacunas y todas las facilidades, e incluso premios que rayan en lo irrisorio.
El último dato oficial del gobierno estadounidense indicaba que se han vacunado 175 millones 968 mil 266 personas, lo que representa el 53.4 por ciento de la población, sin embargo, registraron el 5 de septiembre (último dato seleccionado) 155 mil 577 casos nuevos de Covid-19, con un promedio por día en los últimos 7 días de 124 mil 266 contagios nuevos. Y aún hay muchos viajeros estadounidenses salen de su país sin vacunarse.
De inmediato vendría una cascada de cancelaciones de reservaciones de personas provenientes de Estados Unidos, justo en los meses previos al invierno que son los más díficiles para el sector, y también pondría en riesgo las reservas a futuro de la temporada de invierno 2021-2021.
Sin duda, es importante crear medidas que coadyuven en el control de los contagios en México, como solicitar las pruebas de antígeno viral o PCR negativas a los turistas provenientes de países, que ya las solicitan para reingresar. Ahí sí, para que vea, pero los tres niveles de gobierno tendrían que desarrollar un protocolo de manera coordinada con la iniciativa privada, con tiempos perentorios para su adaptación.
El presidente de la ASETUR, ya estaba muy listo para tomar el toro por los cuernos, pero las olas que levantantaron sus declaraciones anticipadas, hicieron que ahora la propuesta sea puesta a revisión y análisis por todos los agremiados.
A ver qué resulta al final, esperemos que surga una medida que busque el equilibrio entre la protección sanitaria y el crecimiento en la llegada de turistas extranjeros, porque todavía falta mucho por hacer y por recuperar, aunque la Sectur del Gobierno de la 4T suelte las campanas al vuelo.
El INEGI reportó que la llegada de turistas de internación en los primeros seis meses del año fue de 13 millones 901 mil, lo que representa un incremento de 7.2 por ciento con respecto al mismo periodo de 2020, pero 41.2 por ciento menos con relación a enero a junio de 2019, año previo de la pandemia. Téngalo presente, la recuperación todavía queda lejos.