COLUMNA: CIUDAD ABIERTA
Este 11 de diciembre, como cada mes, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) dio a conocer su “Encuestas de Viajeros Internacionales” (EVI), que conjunta la Encuesta de Turismo de Internación y la Encuesta de Viajeros Fronterizos, con las que informa sobre el número de visitantes internacionales que ingresaron y salieron del país, así como cuánto dinero gastaron en territorio nacional.
Por Gustavo Armenta
En esta ocasión, la EVI publicada fue la correspondiente a octubre pasado, en la que destacan estos indicadores: en ese mes ingresaron a México 5 millones 907 mil 302 visitantes, de los cuales 3 millones 214 mil 737 fueron turistas internacionales. La derrama económica que dejaron fue de 2 mil 22.4 millones de dólares, “monto menor en 1.4 por ciento con respecto al mismo mes de 2022”, puntualizó el Inegi.
Al siguiente día, varios de los más importantes periódicos del país destacaron la información, haciendo énfasis en sus encabezados en que se acumulaban ya “cuatro meses a la baja en el comparativo interanual del ingreso de divisas turísticas”, lo cual es correcto y preciso. Sin embargo, como la mayoría de los lectores no domina el lenguaje técnico de quienes realizan estadísticas, al platicar sobre el tema con varias personas me di cuenta de que la percepción generalizada ante esta noticia era que la caída se estaba dando durante cuatro meses seguidos de 2023; es decir: en julio, agosto, septiembre y octubre, lo que no es así. Aquí están los datos del propio Inegi:
En junio del presente año, el ingreso de divisas turísticas a México por visitantes internacionales ascendió a 2 mil 544.4 millones de dólares; en julio la cantidad fue de 2 mil 648.3 millones de dólares; en agosto se captaron 2 mil 133.8 millones de dólares; en septiembre el registro fue de mil 726 millones de dólares; y en octubre, como ya señalamos, de 2 mil 22.4 millones de dólares.
Como podemos ver, en julio de 2023 entró más dinero que en junio; en tanto que sucedió lo mismo en octubre con respecto a septiembre. Mientras que en septiembre sí se captó menos dinero que en agosto; al igual que sucedió en agosto frente a julio.
Pero como el turismo es una actividad estacional, con temporadas altas y bajas en las mismas fechas, con excepción de Semana Santa que a veces cae en marzo y otras en abril, lo correcto es comparar el mes de un año contra el mismo mes de otro año, para tener una idea precisa del dinamismo que guarda esta industria en ese mes.
Así que tenemos que julio, agosto, septiembre y octubre de 2023, frente a los mismos meses de 2022, disminuyeron la captación de divisas en los siguientes porcentajes: julio, en -1.1 por ciento; agosto, -3.6 por ciento; septiembre, -3.4 por ciento; y octubre, -1.4 por ciento.
Tal vez lo más preocupante sea que esta baja consecutiva de cuatro meses en el ingreso de divisas nos lleve a pensar que se debe a que está decreciendo la llegada de turistas, pero no es así. De nuevo, estos mismos cuatro meses, comparados con 2022, registraron incrementos continuos en 2023 en este rubro: en julio el alza fue de 9.1 por ciento; agosto, 7.9 por ciento: septiembre, también 7.9 por ciento; y octubre, 3.4 por ciento.
Entonces tenemos que llegan más turistas, pero gastan menos dinero. Esto lo vemos en la manera en que ha disminuido el gasto de los viajeros. Comparado con 2022, en 2023 su gasto medio bajó de la siguiente manera: en julio, -9.3 por ciento (fue de 412.77 dólares); agosto, -10.7 por ciento (373.45 dólares); septiembre, -10.5 por ciento (328.72 dólares); y octubre, -4.6 por ciento (342.35 dólares).
La razón de estas caídas se las podemos atribuir, entre otras, a la fortaleza del peso ante el dólar, o a que no hacemos el suficiente esfuerzo para que los turistas compren más cosas, contraten más servicios o tengan estancias más largas en México. Como sea, el principal foco rojo de esta situación está en que desde hace algunos años la preferencia mundial de los destinos turísticos es recibir menos turistas, pero que gasten más, la calidad por encima de la cantidad. Esperemos que esta tendencia negativa se revierta en la ya inminente temporada vacacional de invierno.