La primavera es uno de los mejores momentos para disfrutar de la ciudad de Tokio, Japón, en todo su esplendor. Recorrer la magia del florecimiento de las sakuras, las hermosas flores de cerezo que iluminan en tonos rosados las aceras, zonas boscosas y parques de la región. Este espectáculo tan efímero de la naturaleza lleva por nombre Hanami, y sin duda, a partir de Febrero es la temporada indicada para planear tu estancia en la ciudad y ser parte de este evento de mediados de marzo a finales de Abril.
En Tokio, el parque Sumida es un lugar de acceso público paralelo al río del mismo nombre. Situado entre la zona de la Tokyo Skytree y el barrio de Asakusa, al noreste de la capital, es un lugar ideal para relajarse y disfrutar del Hanami con un fondo espectacular: la torre Tokyo Skytree y el llamativo edificio Asahi Beer Hall y su llama dorada. Un picnic bajo los cerezos es suficiente como para dejar un recuerdo imborrable.
Crucero nocturno
También se puede contratar un crucero nocturno por el río Sumida y disfrutar de la belleza de los cerezos en flor iluminados por la noche. Éste es un crucero exclusivo de la temporada y está diseñado para que disfrutes al máximo de la belleza de los yozakura o cerezos nocturnos.
Sin embargo, la primavera en Tokio ofrece mucho más que tan solo, un estallido de flores y colores que hará que las visitas a ciertos parques, templos y santuarios sean espectaculares. Un poco antes de la floración de los cerezos, en marzo, podemos disfrutar del florecimiento del ciruelo y justo después la explosión de colores de colzas, melocotoneros, dientes de león, algarrobas, azaleas y glicinas, entre otras.
O bien, si quieres disfrutar de las sakuras en una región menos concurrida, a tan solo 2 horas y media de Tokio, disfruta de la vista de más de 400 cerezos en flor en el jardín Kenrokuen de Kanazawa y el espectacular festival Seihakusai Dekayama de la península de Noto. Kanazawa, la capital de la prefectura de Ishikawa, un estrecho brazo de tierra que sale de la isla principal de Honshu y se extiende a lo largo del mar del Japón. Fue uno de los epicentros de la cultura y el arte durante el período Edo y, a día de hoy, continúa siendo un lugar predilecto para los amantes del arte. En Kanazawa encontrarás museos y talleres de cualquier temática, desde el pan de oro hasta los samuráis.
Kanazawa se encuentra a aproximadamente 2 horas y 35 minutos de la estación de Tokio en los trenes Kagayaki y Hakutaka, que paran en las estaciones de Nagano y Toyama.
Flores y jardines
Quédate maravillado ante la sola presencia del Kenroku-en, «Jardín de las seis Sublimidades» (amplitud, aislamiento, artificialidad, antigüedad, abundancia de agua y amplias vistas), uno de los jardines más famosos de todo Japón, es un enorme complejo originario del período Edo con estanques, arroyos, cascadas, puentes, casas de té, árboles y flores variadas hace que Kanazawa sea parada obligada en el viaje hacia el Japón más tradicional. Aquí los principales atractivos que se disfrutan pueden ser desde sus jardines hasta su barrio de Geishas, pasando por un singular distrito de samuráis.
El barrio Samurai de Kanazawa o Nagamachi Korinbo y Katamachi es otro de los distritos que ver en Kanzawa tiene fácil acceso desde una de las salidas sur del parque, a los pies del Castillo de Kanazawa, donde residían los Samurais del clan Kaga. Esta área sigue preservando una atmósfera muy tradicional, de calles estrechas, casas bajitas de madera y adobe y canales de agua. Algunas residencias se pueden visitar, como la residencia Nomura, una visita imprescindible para poder conocer de primera mano cómo vivían los antiguos señores feudales.
Experiencia religiosa
También se puede visitar el santuario Oyama, que tiene una arquitectura única y es completamente diferente a los demás, sobre todo por su inusual puerta. La puerta principal fue diseñada por un arquitecto holandés y es una mezcla de arte tradicional japonés y chino, y elementos religiosos arquitectónicos europeos. Originalmente, la puerta protegía la entrada al palacio del castillo de Kanazawa y más tarde se trasladó al santuario de Oyama. Este santuario está consagrado a Toshiie Maeda, el primer señor del poderoso Clan Maeda y principal vasallo de Hideyoshi Toyotomi. Fue construido en 1599 por el sucesor de Toshiie, Maeda Toshinaga.
Para una experiencia más espiritual, la ciudad de Tokio tiene también un lado religioso profundo, lo que lo convierte en una buena opción para una escapada de autorreflexión plena. Durante la primavera, el clima te permitirá dirigirte al templo budista Sensō-ji en Tokio para un taller sobre meditación zen, o unirte a un retiro de yoga para revitalizar tanto el cuerpo como el espíritu. Por supuesto, ningún retiro relajante en Japón está completo sin un baño en uno de los muchos resorts o ryokan de aguas termales y que se visten de flores coloridas al llegar la primera estación. Japón te espera esta primavera.