Una maleta cargada de ilusiones. Los mejores zapatos. El vestido de domingo para iniciar la travesía, la que conduce al Nuevo Mundo, a América. La apuesta ganadora para encumbrar los negocios de algunos, placer para otros, la vanidad de saberse sobre el barco más grande y lujoso del mundo, el último billete de la esperanza para otros. Turistas, trabajadores, gente de la alta sociedad, ricos y pobres, todos van a bordo del irreductible RMS Titanic: ‘El buque de los sueños’, que se hizo realidad en los astilleros de Harland & Wolff, en Belfast (Irlanda del Norte) y zarpó de Southampton rumbo a Nueva York.
Lo que sucedió después con este poderoso trasatlántico ya es historia. La noche del 14 de abril de 1912 el Titanic se hundió cuando navegaba al sur de Newfoundland, en Canadá, tras chocar con un iceberg. Mil quinientas personas, entre pasajeros y tripulación, perdieron la vida en el que después sería el naufragio más cinematográfico de la historia.
110 años se cumplieron el año pasado desde su hundimiento y la ciudad de Belfast no quiso perder la oportunidad de rendir homenaje, no sólo a las miles de historias truncadas que yacen en el fondo del Océano Atlántico junto al casco del Titanic, sino también a los irlandeses que de una manera u otra participaron de esa ilusión y ese sueño que acabó bajo el agua hace más de un siglo. Las historias que están detrás del RMS Titanic siguen vivas en el Museo Titanic Belfast y venir a conocerlas es también aprender sobre la historia de Irlanda.
Ahora que se cumplen 25 años del gran éxito cinematográfico de James Cameron (de las películas más laureadas con 11 premios Oscar), ‘Titanic’ regresa el próximo 10 de febrero a la gran pantalla en una versión remasterizada en 3D y otros formatos, la ocasión se presenta perfecta para descubrir los orígenes de esta gran historia. El Titanic Quarter de Belfast es hoy una nueva oportunidad para esas vidas truncadas en plena Milla Marítima de esta ciudad norirlandesa.
El Titanic Belfast, un iceberg hecho museo
En el mismo lugar donde se levantaban los astilleros de Harland & Wolff, quienes diseñaron y construyeron el majestuoso Titanic, se levanta hoy el Museo Titanic Belfast. Proclamado ya el edificio contemporáneo más emblemático de Irlanda del Norte, su forma no responde a ningún antojo creativo, sino a una réplica exacta del iceberg contra el que chocó el poderoso trasatlántico en 1912. La entrada al museo no es sino un viaje al corazón del Titanic, a sus orígenes, a lo más profundo. A las historias de la ciudad y de las manos que lo construyeron.
Con ‘La búsqueda de los sueños’ como nueva temática, el museo Titanic Belfast retoma su andadura este mes de marzo tras su primera remodelación desde su apertura, hace ya una década. El objetivo es hacer la visita una experiencia más emotiva y cercana a través de una tecnología inmersiva, un vasto patrimonio marítimo original y la posibilidad de escuchar los testimonios de tripulación y pasajeros, historias personales que ayudan al visitante a conectar con lo que de verdad sucedió antes, durante y después del Titanic.
En la visita a esta nueva versión del museo, el viajero encontrará un muro con la inscripción de los nombres de todas las personas que perecieron en el naufragio; una lista infinita de vidas que conduce a otro espacio en el que el visitante podrá conectar con las ilusiones que viajaban en el Titanic no solo con cada uno de sus pasajeros, sino también con todos aquellos que participaron en su construcción y que vieron también frustrado su sueño con el hundimiento. Porque detrás del Titanic hay muchas historias y la de este rincón de Irlanda del Norte es una de ellas.
Una de las piezas centrales de esta nueva experiencia será un modelo a escala de 7,6 metros de largo del icónico RMS Titanic. Se iluminará con 300 metros de luces LED y, suspendido del techo, girará por completo durante 90 segundos para sorpresa de los visitantes. En esta reproducción no faltarán los botes salvavidas, las hélices, el motor, las grúas, el puente, la escalera principal y las chimeneas.
Para coleccionistas y amantes de la cultura pop, el museo Titanic Belfast se reserva un espacio en el que se podrán admirar numerosos artículos de colección, libros y recuerdos que no harán más que fortalecer el recuerdo y ensalzar la leyenda del ‘buque de los sueños’, que alcanza su máximo atractivo en esta remodelación con una reproducción de su icónica escalera.
Una historia, la del mayor naufragio de todos los tiempos, que ha atraído en los últimos 10 años a más de 7 millones de personas procedentes de 145 países hasta este lugar en el que todo empezó. Un museo que ha generado un retorno de 483 millones de euros a la economía norirlandesa. Hoy, en torno a este edificio y a lo que simboliza, se ha construido el Titanic Quarter de Belfast. Una nueva oportunidad para el Titanic.
Un barrio que despierta en la Milla Marítima
Los secretos del Titanic se esconden por cualquier rincón de Belfast. Una historia jamás contada sobre su construcción, el pariente de un superviviente, el nieto de un trabajador de los astilleros, el familiar de un testigo de su botadura… Las calles de Belfast respiran la historia del Titanic y las de la Milla Marítima de la ciudad, más. Quizá por eso la historia ha ido dando forma aquí al Titanic Quarter, pues todo sobre el origen del ‘buque de los sueños’ confluye en este lugar.
Aquí, en el Titanic Quarter de Belfast, una de las zonas en mayor ebullición artística y cultural de la capital norirlandesa está además del museo, el Titanic Hotel, un lugar con una magia especial en el que pasar la noche y empaparse del encantador recuerdo de las travesías de principios del siglo XX. Un hotel que distribuye sus estancias por lo que un día fueron las oficinas centrales de la Harland & Wolff, el astillero más grande del mundo. Un sueño para los amantes de la arquitectura industrial y el diseño, que encuentran en el Titanic Hotel el único ejemplo vivo en el mundo de arquitectura de astillero. Un estilo que va más allá de lo industrial, con ventanas victorianas enmarcando un espacio de tres pisos de altura coronado por bóvedas de cañón, que en su día fue el Departamento de Diseño; un lugar que transporta al huésped de manera inmediata a aquellos largos días de trabajo en los que ingenieros, arquitectos, técnicos y artistas dibujaron mil y un bocetos del Titanic hasta dar con su diseño final.
En este mismo punto de la ciudad, se encuentra la histórica Titanic Pump-House, sin duda el que será uno de los mayores atractivos turísticos del barrio. La antigua sala de bombeo del buque reconvertida ahora en una destilería que abrirá sus puertas próximamente para reunir a diario a amantes del buen whisky irlandés, que podrán disfrutar de un sorbo de historia entre máquinas originales y elementos históricos del edificio. La Titanic Destillers, producirá y embotellará su propio whisky en este lugar, del que podrás salir con un souvenir de primera calidad antes de visitar el jardín que rinde homenaje a las víctimas del hundimiento en el Ayuntamiento de la ciudad. La sombra del Titanic en Irlanda se alarga hasta Cobh, al sur de la Isla Esmeralda, donde el ‘buque de los sueños’ atracó por última vez antes de hundirse en las gélidas aguas de Canadá.