COLUMNA: CIUDAD ABIERTA
Hace ocho años, en noviembre de 2015, el entonces secretario de Turismo, Enrique de la Madrid Cordero, informó que en el sector turístico de México laboraban de manera directa tres millones 700 mil personas, lo que representaba el 7.3 por ciento del total de plazas en el país.
Por Gustavo Armenta
Unos cuantos días después, juntando en una sola canasta los empleos directos e indirectos, afirmó que eran casi ocho millones de mexicanos los que trabajaban en esta industria.
Posteriormente, daría a conocer que en el cuarto trimestre de ese año se había alcanzado la cifra de tres millones 800 mil empleos directos, con lo que se registraba un máximo histórico desde el 2006. Siempre basándose en datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), que publica el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), esta cantidad equivalía al 8.3 por ciento de personas empleadas en general a nivel nacional.
Al año siguiente, De la Madrid Cordero afirmó que en el primer trimestre de 2016 los empleos directos turísticos ascendieron a tres millones 845 mil 89, lo que significaban el 8.4 por ciento del total de plazas laborales en el país de todas las actividades económicas. Este crecimiento “no sólo habla del buen momento por el que pasa el turismo en México, sino que refleja el trabajo de promoción y posicionamiento de los destinos turísticos en el plano internacional”, dijo.
En septiembre de 2017, volvió a juntar directos e indirectos y aseguró que ya sumaban diez millones de mexicanos que vivían del turismo. Entonces explicó cómo se obtenía esta cifra: “por cada empleo directo, se estima que se crean de manera indirecta uno y medio más”, aseveró. Es decir, había cuatro millones de empleos directos y seis millones de indirectos. Fórmula que no cuadra cuando dos años antes externó que había tres millones 700 mil directos, cifra que se elevaba a ocho millones si se le sumaban los indirectos. Porque bajo esa lógica, la cantidad total tendría que haber sido de nueve millones 250 mil plazas laborales directas e indirectas. Se quedó corto por un millón 250 mil empleos.
Ya sin De la Madrid Cordero en la secretaría, esta dependencia –basándose también en el ENOE e INEGI— estimó que los trabajos directos en el periodo enero-marzo de 2020 (el último trimestre de pre pandemia del Covid-19) sumaron cuatro millones 488 mil. Con esto, el turismo aportó 8.9 por ciento del empleo nacional. Justo en este punto del calendario estalló la pandemia y enseguida vino el confinamiento, el mundo se paralizó y se perdieron cientos de miles de estos empleos turísticos.
A dos años y medio de distancia, y una vez superada la emergencia sanitaria que vapuleó a la actividad del turismo a nivel global, tenemos los siguientes números: en el segundo trimestre de 2023, el empleo directo turístico en México ocupa a cuatro millones 713 mil personas, lo que representa el 8.9 por ciento de la totalidad de plazas laborales en el país. Estos datos significan que la industria turística nacional ya recupero los empleos cancelados durante la pandemia y hoy hay 225 mil plazas directas más que cuando inició la emergencia del Covid-19.
Esta estadística la determinó Sectur basándose en información de la ENOE e INEGI, y de la metodología aprobada por el Comité Técnico Especializado de Estadísticas Económicas del Sector Turismo (CTEEEST), integrado por el INEGI, la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS), el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y la propia Secretaría de Turismo.
En su momento, Enrique de la Madrid atribuyó los buenos resultados al trabajo de promoción y posicionamiento de los destinos turísticos. En contraparte, la primera decisión que se tomó al iniciar la actual administración federal fue desaparecer el Consejo de Promoción Turística de México, con lo cual muchos expertos vaticinaron que en poco tiempo la industria turística nacional se iría al caño. Pero ya pasaron cinco años y ahí está la frialdad de las estadísticas.