El Día de Muertos, una de las festividades más emblemáticas de México, se acerca, y en cada rincón del país se preparan para honrar a los seres queridos que han partido de una manera única y significativa. En San Cristóbal de las Casas, en el corazón del estado de Chiapas, esta festividad adquiere un colorido especial con el aroma a copal en el aire y los bulliciosos mercados que ocupan sus calles.
Este año, el restaurante Tarumba, ubicado en el hotel Sombra del Agua, rinde homenaje a esta tradición ancestral con su evento «Sueño Eterno». Bajo la dirección del chef Jorge Gordillo y su talentoso equipo, Tarumba canaliza conocimientos que se han transmitido a lo largo de generaciones, con la sabiduría de abuelas, madres y personas que han cocinado durante toda su vida. A partir de estas tradiciones, crean platillos que evocan la rica gastronomía de esta región.
La esencia de Tarumba es el orgullo por sus raíces, y por ello, Jorge Gordillo se une a Marco Vinicio, chef al frente de la cocina de Xut y también oriundo de Ocosingo, para ofrecer un menú que se compone de cinco tiempos con ingredientes de temporada y de la región, con el objetivo de ofrecer algo auténticamente chiapaneco.
Sabores del sur de México
La velada comenzará con una memela rellena de frijol fresco acompañada de una tinga de setas. El segundo plato será una sopa de calabaza de castilla complementada con «cueza,» la raíz del chayote, aromatizada con zacate de limón.
El tercer plato rinde homenaje a una de las tradiciones más arraigadas en Chiapas: los tamales, con una variedad de frijol fresco envuelto en hoja de momo, acompañado de cecina encenizada y bañado en agua de chile, una tradición de la región de los Altos.
El cuarto plato consiste en guajolote prensado en cuadritos, bañado en mole negro de sapote y acompañado de puré de plátano. El postre no se queda atrás, con un profiterol que evoca un pan de muerto, relleno de calabaza con helado de mandarina confitada.
Además de estos exquisitos platillos, los comensales serán recibidos con un coctel de bienvenida elaborado con pox, un fermento de salvado de trigo con piloncillo. Para los antiguos mayas, esta bebida era considerada una medicina para el alma y se utilizaba en oraciones y ceremonias de curación.
Un homenaje a los que ya no están
Cada uno de estos platillos y elementos es un tributo tanto a los seres queridos fallecidos como a aquellos que aún comparten la vida. Como parte de este homenaje, un altar se adorna no solo con deliciosa comida regional, sino también con frutas de temporada como manzanas, mandarinas, guayabas, plátanos y zapote negro.
En Tarumba, una vez más, la comida y las tradiciones se fusionan para ofrecer a los visitantes una forma única de honrar, conocer y reconocer las tradiciones del Día de Muertos en Chiapas. El evento promete ser una experiencia inolvidable que permite sumergirse en la rica cultura y gastronomía de la región.
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