Generar oferta aérea a costa de bajar la Tarifa de Uso de Aeropuerto (TUA) es una historia vieja, tan vieja como la estrategia de garantizar asientos para “calentar” una ruta aérea, regularmente usada por los gobiernos de los estados. Ambas son medidas temporales y artificiales, que ayudan a reducir en cierta forma el costo del transporte aéreo para que suene atractivo para el cliente final, pero que en el momento de que dejan de existir -entre otras cosas-, los pasajeros de inmediato dejan de viajar en esos aeropuertos y en esas rutas.
El Aeropuerto Internacional de Toluca (AIT) es el más vivo ejemplo, recordará usted que, en el año 2006, cuando surgieron las aerolíneas de bajo costo: Interjet, Volaris, y Viva Aerobus tenían rutas hacia ciudades y destinos turísticos desde Toluca a excelentes precios, muy atractivos para el mercado que existe al Poniente de la Ciudad de México (Bosques de las Lomas, Chapultepec y Polanco), que sin duda prefería llegar a Toluca que cruzar la Ciudad. Los precios eran tan atractivos que, aún pagando el transporte terrestre a Toluca, salía más económico.
Todo iba de maravilla, hasta que los costos operativos de las ABC terminaron con las buenas tarifas, y tras la salida del mercado de Mexicana de Aviación surgió la oportunidad de que estas aerolíneas incrementaran vuelos en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), al haber slots disponibles. ¿Quién no aprovecharía esta oportunidad? Si, simplemente volar desde el AICM pone tu oferta a un mercado muchísimo más grande, con las posibilidades económicas de pagar los precios que pongas.
El AIT de ser el quinto aeropuerto más importante de México al mover 5 millones de pasajeros en 2008, ahora está sin vuelos comerciales de aerolíneas nacionales -desde junio de 2020 ya que solo opera la venezolana Conviasa desde el 13 de octubre de 2021-, registra una enorme caída de pasajeros e ingresos por TUA, que lo ha sumido en una de sus peores crisis financieras, e impide a sus inversionistas -tanto privados como gubernamentales-, vender sus acciones.
Era de pensarse que el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) pondría costos aeroportuarios lo más bajos posibles como “carnada” para las aerolíneas, que aún sin eso, dudo que pudieran evitar las presiones políticas y mediáticas que lanza desde su púlpito matutino el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador.
El AIFA se prepara para usar la misma fórmula que el AIT, sin embargo, tiene un gran problema ¿Dónde está el mercado que volará desde el AIFA? ¿Si existen vuelos en AICM quién en su sano juicio, va a viajar una hora o dos horas hasta Santa Lucía para tomar un vuelo? Por eso, en los negocios hay una regla básica: Ubicación, ubicación, ubicación.
Dando el beneficio de la duda, el AIFA tendría como mercados potenciales los siguientes municipios: Tecamac, Tizayuca, Zumpango, Huehetoca y Otumba, por mencionar algunos, con un perfil socio demográfico de medio a medio bajo y un gran volumen de casas de interés social.
Fíjese, qué curioso, son las Ciudades Bicentenario que creó Enrique Peña Nieto cuando fue gobernador del Estado de México, y que siguen “atoradas” porque el Tren Suburbano sigue sin tener ramales que les permita a los habitantes de esas ciudades salir con facilidad y conectarse con el transporte masivo. ¿Qué tal?
Y un poco más lejos, pero dentro de la zona del AIFA está Tlalnepantla y Cuautitlán Izcalli, por mencionar algunos, que es el mercado que podría tener interés y los recursos para volar en el AIFA.
Si el gobierno de la 4T, no crea transporte masivo y accesible hacia el aeropuerto, y crea las condiciones para que surja un nuevo mercado aéreo para el AIFA, además de servicios relacionados como hoteles y restaurantes, el proyecto será un rotundo fracaso, ya olvídese de las condiciones de seguridad y la carencia del aval de autoridades aeroportuarias mundiales. Solo es cuestión de revisar la historia, ahí están las experiencias y los números.