COLUMNA: CIUDAD ABIERTA
Hace un par de semanas, el periódico El Economista, en una nota firmada por Samanta Escobar, informó que el año pasado en la Riviera Nayarit, específicamente en el complejo One&Only Mandarina Private Homes, se vendió una casa en la módica cantidad de 17.5 millones de dólares, lo que constituyó un récord en región.
Por Gustavo Armenta
El texto señala que esta operación la llevó a cabo la firma RLH Properties, “como parte de su estrategia de diversificación para incursionar en el desarrollo del segmento inmobiliario de casas y departamentos de lujo y ultra lujo en zonas de playa”. También informa que esta empresa reporta haber registrado en 2022 ingresos por mil 205 millones de pesos, gracias a la venta de unidades residenciales. Hasta aquí la nota de este diario especializado en finanzas.
RLH Properties, S.A.B. de C.V., se define a sí misma como una sociedad controladora cuyas subsidiarias se dedican a la adquisición, desarrollo y gestión de activos hoteleros de ciudad y resorts de playa dentro del segmento alto en México. Y desde hace por lo menos ocho años tenía como uno de sus principales objetivos crear la principal plataforma de hoteles de lujo en nuestro país y el Caribe, basando su crecimiento en el desarrollo de nuevos hoteles, así como en la adquisición selectiva de otros ya existentes.
A finales de 2016 RLH ya poseía el 66.7 por ciento del hotel Four Seasons de la Ciudad de México y dos terrenos en la Riviera Nayarit, en el municipio de Compostela: uno de 33 hectáreas, donde planeaba construir un hotel One&Only Mandarina, con desarrollo inmobiliario, y otro predio de 21.5 hectáreas para edificar el hotel Rosewood Mandarina. El primero fue inaugurado en noviembre de 2020 y el segundo tiene anunciada su apertura para el 2024.
Pero mientras estas dos propiedades se hacían realidad, en diciembre de 2016 le compró al español Grupo OHL la mayoría de acciones de los cuatro hoteles ubicados dentro del desarrollo Mayakoba, en Riviera Maya, Quintana Roo.
De los hoteles Banyan Tree y Andaz, RLH adquirió el 51 por ciento; en tanto que por los hoteles Rosewood y Fairmont hizo una oferta de por lo menos el 51 por ciento y hasta el 80 por ciento del paquete accionario. En esos días, todo el complejo Mayakoba estaba valuado en 500 millones de dólares, por lo que la transacción se calculó entre 158 y 218 millones de euros, además de que OHL conservaría acciones por 71 millones de euros. Esto lo dieron a conocer ambas empresas por medio de un comunicado conjunto y ellas fueron las que manejaron las cifras a veces en dólares y otras en euros.
El administrador de propiedades y consultor de bienes raíces, Marc Murphy, quien desde hace muchos años vive en Riviera Nayarit, comenta que este modelo de negocio: hoteles con desarrollo residencial data de hace muchos. Su origen lo ubica en Nueva York, en 1927, cuando abrió sus puertas el hotel Sherry-Netherland, en la célebre Quinta Avenida. Y después hay muchos ejemplos. En el caso de México, recuerdo que cuando el hotel Las Ventanas al Paraíso, en Los Cabos, Baja California Sur, era el mejor del país, en la década de los noventa del siglo pasado desarrollaron una parte inmobiliaria en la que llegaron a vender en diez mil dólares el metro cuadrado de terreno.
Murphy ilustra que este esquema se denomina “branded residences que, como su nombre lo indica, son propiedades residenciales de lujo asociadas con una marca”, y hoy se pueden encontrar prácticamente en cualquier parte del mundo. Citando datos de la consultora Savills, sostiene que en la actualidad la Unión Americana posee el mayor mercado para este tipo de propiedades, con 32 por ciento de las unidades a nivel global, que suman alrededor de 55 mil casas de lujo en unos cuatrocientos complejos.
“Lo más interesante es que México se encuentra entre los principales tres mercados fuera de Estados Unidos, junto a Emiratos Árabes Unidos e Indonesia, y dentro del país, es la región Puerto Vallarta-Riviera Nayarit donde se ubican algunas de las residencias más caras y exclusivas”, afirma.
Y explica que, más allá de la propiedad en sí, “el verdadero lujo viene con el nivel de servicio integrado que ofrecen estas propiedades, como room service, Spa, servicio de valet, seguridad, limpieza, cocina y otra gran cantidad de comodidades increíbles”.
Finalmente, Murphy puntualiza que la venta de esta propiedad en el One&Only Mandarina por 17.5 millones de dólares, da “una idea de la gran oferta alternativa que existe en esta región del Pacífico Mexicano donde cadenas como Marriott, Four Seasons, The St. Regis, Vidanta y One&Only, han desarrollado espectaculares villas y condominios”.
Con razón, hace unos cuantos años, cuando en Libia cayó el dictador Muamar Gadafi, su hijo Saadi intentó comprar una casa en la Riviera Nayarit, para refugiarse. Pero el gobierno mexicano no se lo permitió.